Robaste un corazónQue lo habían ya robado algunas veces,Ya recuperado y encerrado con candado. Ya está, robaste sin corazón,Un corazón de piedra que vive por otro ladrón,Que al robarlo, te diste cuenta del valor. En tus manos había el más frío corazón,Uno, que al sacarlo, su sangre te llenó de amor,Y con amor, lo tirasteSigue leyendo «Robaste un corazón…»