Robaste un corazón
Que lo habían ya robado algunas veces,
Ya recuperado y encerrado con candado.
Ya está, robaste sin corazón,
Un corazón de piedra que vive por otro ladrón,
Que al robarlo, te diste cuenta del valor.
En tus manos había el más frío corazón,
Uno, que al sacarlo, su sangre te llenó de amor,
Y con amor, lo tiraste a la basura, sin dolor.
Tan facil se roba hoy en día un corazón,
Y aún escondido, hay tantas maneras de secuestrarlo,
Y luego besarlo, amarlo y al final matarlo.
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